El Padre de la Misericordia permanece solo en el cielo, renunciando a su Hijo en su "forma" original para salvar a su criatura dándole su naturaleza divina. Nunca más habrá un Dios "puro" en la Santísima Trinidad. Toda la Trinidad en sí misma ha cambiado sustancialmente por la encarnación de la otra Persona Divina. Por la resurrección de Jesús, la Santísima Trinidad es el hombre, una comunidad de carne y hueso, Iglesia de todas las naciones y tribus, pueblos y lenguas;
Marijo, Rosa de Misterio, la Reina del Universo, ¡Madre del ser humano! Consagramos a nuestro Señor y al Movimiento Misionero de la Misericordia en todo el mundo ... Le damos a nuestros hijos, a los jóvenes ya todas las personas que su Hijo nos envía. Te Señora de la Misericordia…