Nikolina Babic

Al principio era sólo un deseo de ayudar. Un deseo que, creo yo, se encuentra escondido en cada persona. Pensaba así: “Consagraré mi vida a una causa noble, ya que la vida es un regalo, el cual sólo espera a ser desenvuelto. Un regalo único e irrepetible, un regalo de valor incalculable, no teniendo en cuenta si se encuentra en una caja o en qué tipo de envoltorio se encuentra. Y cuando recibes ese regalo, debes compartirlo con los demás”. Un deseo común que comenzó a transformarse en algo extraordinario. Una llama indesctriptible dentro mío, una voz que calma e intranquiliza a la vez, un deseo de sacrificio, de entrega, intranquilidad, y luego paz. Todo ésto ocurrió dentro mío durante un tiempo. ¿Cuál es el sacrificio por el cual siento el deseo? ¿Cómo, a quién y en dónde me necesitarían? La respuesta fue respondida por sí misma: Si deseas algo así, entonces África. ¿África? Años de escuchar sobre la miseria, dificultades, pobreza, descuido, explotación... ¿En dónde se necesitaría más ayuda que en África? Luego de meses de reflexión e investigación, me presenté en la Asociación Aljibe-Pozo. Entrevistas, documentos, información, solicitud, carta, biografía, curriculum, revisación médica, formación de un año... Mis amigos bromeaban: “¿Te alistas a las misiones o al FBI?” Después de la preparación anual, puedo decir que todo ésto se ha justificado. El programa de formación misionera de Aljibe-Zdenac para laicos es hecho “a medida”, programa para la preparación de una vida misionera, un curso que tiene como fin edificar, moldear y fortalecer a la persona, para prepararla para un día a día en un entorno desconocido, incierto y nuevo.

A pesar del agotamiento (los días transcurren desde temprano hasta la noche con el trabajo en las escuelas, jardines de infantes, oficina, centros de rehabilitación, acontecimientos y presentaciones de la Asociación, testimonios, charlas, talleres, proyectos humanitarios y una rica vida espiritual, todo fue así como debía ser. Las crisis están presentes. A veces te preguntas para qué has hecho todo ésto y por qué has tomado esta decisión, pero “cada obstáculo es una oportunidad para dar un paso más”. Porque la paz que ha venido a tí junto con ésto, es invaluable. La voz interior está contenta, aunque nunca deja de preguntarse. No deja que olvide la causa de ésto, incentiva, alienta, consuela, advierte...

Lo más importante y hermoso que he aprendido en la educación ha sido que somos un material perfecto de formación en las manos de Dios, sólo con Su ayuda podemos trabajar sobre sí mismos, cambiar, ser mejores y vivir de una bella forma aquéllo que nos coloca en nuestro. La fe es aquéllo que nos da fuerza para cada camino y objetivo nuestro, como lo es el agua, el sol y la tierra para una planta, desde sus hermosos pétalos hasta sus ramas espinosas. En lugar de preocuparme por el futuro, vivo en una alegre espera del plan que Dios tiene para mí. Sus planes son tan increíbles e inimaginables, y cada vez nos pueden sorprender increíblemente. Todo lo que debemos hacer es abandonarse en Sus manos, para que ellas nos lleven, y tener confianza en Él, a pesar de temer algunas veces, siendo que no existe razón para el temor. Dios tiene sólo tres respuestas para nuestros deseos y pedidos: “No”, “No todavía” y “Tengo algo mejor para tí”. Y nunca se equivoca en su respuesta.